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Las estatuas milagrosas del Cementerio Central

  • Maria Restrepo
  • 22 nov 2017
  • 8 Min. de lectura

Dolor, angustia, desesperanza y un olor a carne asada invaden de domingo a domingo la jornada de 8am a 4:30pm el Cementerio Central. Los lunes es donde van más personas de todas las clases sociales, pero en su mayoría son clases populares. Este cementerio se caracteriza porque alberga no solo personas del común sino también presidentes de Colombia, es fácil identificar cuáles son esas tumbas, puesto que son las más grandes. Por el contrario, las personas comunes solo alcanzan a pagar una bóveda, osarios o un pedazo pequeño de territorio para enterrar a sus familiares.

Lleva operando 181 años de los cuales no se tiene conocimiento de cuándo empezó a llenarse de personas honradas, consumidores de alucinógenos, alcohólicos, sicarios, trabajadoras sexuales, entre otros, que visitan las diferentes estatuas y monumentos que allí se encuentran para que les concedan deseos a cambio de ofrendas, por ejemplo, flores, velas, agua (no necesariamente bendita) dulces, etc.

En cada rincón de este cementerio hay un joven consumiendo marihuana y bebiendo alcohol mientras visita alguno de sus muertos, pero ante las estatuas y monumentos, ellos no consumen alcohol ni alucinógenos porque les tienen un gran respeto a estos.

Aquí quiero hacerle una recomendación, sí usted siente curiosidad y quiere asistir a este cementerio, es mejor que no lo haga solo, vaya con un grupo de amigos porque probablemente sienta miedo de que lo roben, lo cual no pasa si uno no da papaya, quizás quede impresionado de las cosas extrañas que vea y de cómo las personas le hablan al oído a un objeto inmóvil, pero la fe mueve masas. Le recomiendo que sí va a ir a tomar fotos es mejor que tramite un permiso, para que no lo molesten los guardas de seguridad.

Estatuas y monumentos

  1. Escultura de la Piedad.

Manuel Barrera es un hombre de aproximadamente unos 38 años, moreno, con barba de candado y va junto con su esposa y sus tres niños, uno de ellos en coche, a pedirle a esta estatua por su familia. Le lleva agua, pero no necesariamente tiene que ser bendita, como me lo explica, y también le lleva unas hermosas rosas rojas. Él me dice que no se necesita una oración en específico para pedirle a esta estatua, lo que importa es la fe y la devoción. Desde hace cinco años visita este monumento y según él, sí se le ha cumplido todo lo que le ha pedido, es por ello que viene cada lunes a rezarle. Por otro lado, su esposa, quien no nos quiso dar el nombre, una mujer de aproximadamente 31 años, de piel blanca, ojos azules y mide más o menos 1.62, lo deduzco porque es apenas un poco más alta que yo, dice que nunca le pide porque de eso se encarga su marido mientras ella vigila que sus hijos no se pierdan en ese enorme cementerio. Barrera no sabe el por qué tomó la decisión de venir hace cinco años a rezar por esa estatua, manifiesta que quizás fueron rumores, pero lo cierto es que todo se trata de devoción y de creer.

  1. José Mercado.

Para aquellos que no lo conocen, fue un sindicalista asesinado en el siglo XX, es famoso por ser un intercesor de los desempleados. En mí recorrido, me llamó la atención una mujer que se encontraba en esta estatua echándole rímel o pestañina, después de tomarle varias fotos, me le acerqué y noté que no solo tenía este producto, sino también un tarro de aceite el cual le aplicaba en sus enormes labios. Su nombre es Andrea Torres y a simple vista parece como sí se le hubiera zafado un tornillo, pero para ella es normal hacer este tipo de cosas, sus uñas están negras y sus manos sucias como sí hubiera manipulado basura o no se las bañara hace mucho tiempo, sus dientes están separados y llenos de nicotina, esto me hace pensar que es fumadora de cigarrillo y aunque no me quiso decir en qué trabajaba, no es difícil sacar conjeturas respecto a ello.

“Yo vengo a consentirlo porque él es para el amor, para el trabajo, para la compañía, para un amigo, para los novios, uno le pide un novio y él se lo trae”.

¿Usted sí le ha pedido novios?

“No, yo nunca les pido nada (a las estatuas o monumentos), al único que le pido es a Leo Kopp, pero al resto yo vengo es a acompañarlos y a decirles que gracias por todo”.

¿Y qué le pide a Leo Kopp?

“Yo le pido a él que interceda por mí ante Dios pa’ que me ayude, así como cuando uno tiene una necesidad o algo”.

¿Todos los lunes usted viene?

“No, yo vengo muy de vez en cuando, pero en el momento en que llego es con toda. Por lo general los acompaño, los molesto, los consiento y los saludo”.

¿Qué le está echando en este momento en los labios?

“Aceitico en la boca, y ahoritica le estaba echando pestañina (rímel), pa’ que quedara bien elegante, como él es para el amor, a él le gusta que uno le de picos, así:”

¿A todas las estatuas usted le hace lo mismo? (maquillarlas)

“Sí, a mí me gusta hacerlo”.

¿Usted le trae alguna ofrenda?

“A este le traigo flores y cerveza, porque le gusta la cerveza y que lo maquillen, que lo dejen bien bonito. Y al del billete, (Julio Garavito), ese es bien verriondo, porque él obtuvo plata haciendo cosas ilícitas. Hay gente que le trae marihuana porque le gustaba”.

  1. Hermanitas Bodmer.

Ambas murieron en el siglo XIX, pero existen dos versiones y cada quién escoge la que más le guste o interese. En la primera, dicen que murieron quemadas por personas que les tenían envidia; y la segunda, afirman que ellas fallecieron por una enfermedad que hubo a comienzos de la época del Frente Nacional, pero no he encontrado referencias en Internet respecto a este padecimiento.

Aleida Borges es un madre de dos pequeñas, quienes aproximadamente rondan las edades entre los siete y los nueve años, ellas no les piden a estas hermanitas, pero su madre y su padre sí. Hace un mes, la señora Borges recurre a este sitio para que estas hermanitas le cuiden y le protejan a sus hijas de los peligros que habitan las calles, a su vez, pide también porque su hogar esté libre de todo mal.

Es habitual que ella les traiga como ofrenda dulces, porque son niñas y a los niños les encantan las golosinas y mientras esparce por su tumba estas, les reza un padre nuestro, un Ave María y el descanso eterno.

No tengo fotos de la señora Borges ya que me pidió que no le tomara ninguna, pero sí se las puedo describir para que ustedes se la imagen como quieran. Tiene piel blanca, su cabello es negro y estaba recogido con una moña de color fucsia. Ese día usaba un leggin negro con puntos morados, una camiseta negra y una chaqueta de color morado que complementaba este vestuario.

Antes de marcharse junto a su familia, sacó un botilito rosado dentro del cual había agua, posterior a eso, decidió regarla por toda la tumba.

  1. Leo Siegfried Kopp Koppel.

Él es el fundador de Bavaria, una de las cervecerías más importantes de Colombia. Los lunes es cuando concurren más personas a esta tumba en busca de prosperidad y trabajo. Rara vez los curas que trabajan dentro del cementerio hacen misas para estas estatuas, pero este día fue la excepción y aunque hablé con este cura, cuyo nombre permanecerá en anonimato, me dijo que fue porque un devoto de Leo Kopp decidió pagar una pequeña misa. Con su alba blanca y su estola de color verde, este cura improvisó una pequeña capilla al lado de este monumento, con una mesa y un mantel sobre esta, allí estaba la Biblia, una copa y unas flores.

Mientras este cura daba esa misa, los que escuchaban hacían fila para poder hablarle al oído a Kopp, de preferencia se le habla al oído izquierdo ya que era por el que más oía. Niños, adolescentes y adultos le piden a esta estatua, todos y cada uno de ellos hacen el mismo ritual; primero, le hablan al oído; segundo, hacen una oración; tercero, dejan alguna ofrenda; y por último, le prenden velas naranjas.

Valeria Mahecha es una niña de 11 años, ella hizo la fila correspondiente y le pidió a esta estatua por su hogar, familia y porque a sus padres nunca les faltara el trabajo. Mientras me hablaba, encendía unas velas blancas, las que en la parte inferior estaban envueltas con periódico, esto, según Valeria, en honor a él. Aunque se sepa su nombre, ella no sabe el por qué este hombre se encuentra venerado en este cementerio.

Hace dos meses viene con su mamá, Marcela Correa, quien nunca le inculcó el rezo por esta estatua, mientras Valeria le pide a Leo Kopp por su familia, su mamá va a la tumba de Julio Garavito a pedirle dinero.

¿Por qué traer a sus hijas a que le recen a esta estatua?

Pues ellas vienen conmigo, yo siempre las traigo y un día se les dio la fe y la devoción de venir a pedirle a él, no sé qué le piden.

¿Usted le pide a esta estatua?

No, yo voy a donde Garavito, le pido por dinero y por mercado. También voy donde las hermanitas Bodmer para que me cuiden a mis hijas y ellas también van a pedirle a esa estatua.

¿Qué le trae como ofrenda a las demás estatuas?

Solo velas, digamos a Julio Garavito le traigo las azules, porque son para el dinero y para el trabajo.

¿Trae a sus hijas todos los lunes?

No, yo vengo sola, pero cuando es festivo las traigo conmigo.

¿Hace cuánto viene a este cementerio?

Vengo desde principio de año, por la fe que le tengo a las estatuas, es por eso que vengo.

Oración:

“(…) Te pedimos Oh Dios nuestro por el alma de tu Siervo de Dios Leo S. Kopp y al mismo tiempo te damos gracias Señor Dios omnipotente porque nos concederás el favor solicitado, si es tu voluntad y estaremos siempre agradecidos a ti Señor Dios y al Siervo de Dios, Leo S. Kopp, ya que estamos seguros se encuentra disfrutando de tu gloriosa mansión celestial. Amén.”

  1. Salomé.

Este es un monumento a las trabajadores sexuales. Los lunes en la mañana es habitual ver mujeres que ejercen su misma profesión rezarle para que les ayude a atraer clientes, aunque su cuerpo no esté ahí, su fe sigue intacta. Las ofrendas aquí varían de todas las demás estatuas, las trabajadoras sexuales le traen cartas, peluches, orquídeas o margaritas y las velas que no pueden faltar.

No encontré personas en esta estatua, es por ello que no tengo testimonios.

  1. Julio Garavito.

Sí usted no sabe quién es, tome un billete de $20.000 y ese hombre impreso en el papel es él. Fue enterrado en 1920 y es visitado cada día por las personas que van en busca de riqueza. A diferencia de las demás estatuas y monumentos que se encuentran allí, cada quién encuentra una manera diferente de hacerle un ritual.

Algunas personas frotan un billete de $20.000 sobre su tumba; otros, limpian y cuidan las flores que los demás le dejan; varios escriben sobre su tumba el número (777) que significa dinero. Pero Brayan y Ferney tienen un ritual diferente. Ellos golpean ‘los cuatro palos de cemento’ como los llaman, le arreglan las flores y le hacen la siguiente oración que venden a las afueras del cementerio por $500:

“(...) Yo creo Señor que todas las pruebas de la vida están bajo tu cuidado y que todas las cosas trabajan para el bien de aquellos que te aman. Por las oraciones de tu siervo JULIO GARAVITO, Hombre Sabio y justo, aleja de mí el miedo, ansiedad y dolor…”

Llegó un momento en el que ellos se sintieron incómodos con mis preguntas y Brayan me dijo lo siguiente: “vea todo es cuestión de fe y si usted no cree en esto es mejor que vaya y pague una misa por esta tumba, haber sí le cumplen lo que usted pidió”. Me dio la espalda y siguió haciendo sus cosas.

Es importante que después de hacer la oración anteriormente escrita, se prendan unas velas de color azul ya que es el color del billete de $20.000, no importa que no se le lleven ofrendas, desde que se cumpla con estos requisitos.

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